martes, 19 de agosto de 2008

SOBRAN LAS PALABRAS ANTE UN HECHO TAN PRECIOSO



cuando la gente se rinde a los brazos de Morfeo, nosotros velamos ante el sagrario, en soledad, meditando, rezando y hablando con el Santísimo, disfrutando de un privilegio que puede estar al alcance de todos, pero que muchos ignoran, y es la cosa más vivificadora que un católico pueda vivir.
Se que hay muchos momentos gratos que pueblan nuestras vidas, pero el hecho de disfrutar de ese momento, de estar sólo, aunque estén a tu lado los hermanos adoradores, porque no escuchas ni ves nada más que el Santísimo, expuesto ante ti, le hablas, le rezas, le pides ayuda, y Él te calma, te reconforta, y el turno de vela se hace corto, muy corto, no te irías a casa, pero te alienta el pensar que quedan otras vigilias a las que asistirás, y de nuevo estarás ante Él.


No hay comentarios: