viernes, 8 de agosto de 2008

PATRONO DE LOS CONGRESOS Y ASOCIACIONES EUCARÍSTICAS

PATRONO DE LOS CONGRESOS Y ASOCIACIONES EUCARÍSTICAS

Carta Apostólica
León XIII
El Dios providentísimo, al organizar el mundo con mano fuerte y suave a la vez, atendió a su Iglesia con una solicitud especialísima, de tal suerte, que en los momentos que parecen más críticos, saca para ella, de la dureza misma de los tiempos, consuelos inesperados. Este hecho, tantas veces comprobado, puede serlo más que nunca en las circunstancias por que atraviesan actualmente la religión y la sociedad. Cuando, en efecto, los enemigos del orden común, mostrándose cada día más audaces, se esfuerzan, por medio de diarios y vigorosísimos ataques, en matar la fe cristiana y en transformar la sociedad entera, la bondad divina se complace en oponer a estas revueltas oleadas el muro de manifestaciones de piedad verdaderamente admirables.
Pruébanlo claramente el vuelo cobrado por la devoción al sagrado Corazón de Jesús; el ardor con que en todo el universo se trabaja para promover el culto de María; los honores de que es objeto el ilustre Esposo de la Madre de Dios; las reuniones de diversos géneros que organizan los católicos, con el objeto de defender su fe contra todo y todos, y finalmente las muchas asociaciones que se fundan o a que se da un nuevo impulso, y que tienden a la gloria de Dios y el aumento de la caridad mutua de los cristianos.
Todas estas manifestaciones dan a Nuestro Corazón un dulcísimo júbilo, pero pensamos que la gracia soberana que Nos ha concedido dios consiste en los progresos que la devoción al Sacramento de la Eucaristía ha hecho en los pueblos fieles, a raíz de los célebres Congresos que, a este fin, se ha celebrado en estos últimos tiempos. Según tenemos ya declarado para animar a los católicos a profesar valientemente su fe y a practicar las virtudes cristianas, ningún medio es más eficaz que en el que consiste en alimentar y aumentar la piedad del pueblo hacia aquella admirable prenda de amor, lazo de la paz y de la unidad.
Como el asunto es importantísmo y Nos es, además particularmente grato, después de haber elogiado con frecuencia a los Congresos y asociaciones eucarísticas, llevados de la esperanza de verles dar frutos más abundantes todavía, juzgamos hoy útil asignarles un Patrón celestial, escogido entre los Santos que estuvieron encendidos de un amor más ardiente hacia el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.
Ahora bien: entre aquellos cuya piedad para con este sublime Ministerio de la fe se manifestó, al parecer, con más vivo fervor, Pascual Baylón ocupa el primer lugar.Dotado por naturaleza de muy delicada afición a las cosas celestiales, después de haber pasado santamente la juventud en la guarda de su rebaño, abrazó una vida más severa en la Orden de Frailes Menores de la estricta observancia, y mereció por sus meditaciones el convite Eucarístico, adquirir la ciencia relativa a él; hasta el punto de que aquel hombre, desprovisto de nociones y aptitudes literarias, resultó capaz de responder a preguntas sobre las más difíciles materias de fe, y hasta escribir libros piadosos. Pública y abiertamente profesó la verdad de la eucaristía entre los herejes, y por ello, tuvo que pasar por graves pruebas. Émulo del mártir Tarciso, fue varias veces amenazado de muerte, o sea la herencia que dejó este último. En fin, el afectuoso fervor de su piedad pareció prolongarse hasta más allá de su vida mortal. Dícese al efecto que durante sus funerales, Pascual Baylón, tendido en una parihuela, abrió los ojos en cada una de las dos elevaciones.
Creemos pues, que las asociaciones católicas de que hablamos, no pueden ser confiadas a mejor patronazgo. de ahí a que, así como Nos recomendamos muy naturalmente la juventud estudiosa a Santo Tomás de Aquino, las asociaciones caritativas a San Vicente de Paúl, los enfermos y los que se emplean en asistirlos a San Camilo de Lelis y a San Juan de Dios, así también esperando que Nuestra deicisón redundará en favor de los intereses y del bien de la cristiandad, declaramos y constituímos de Nuestra autoridad suprema y por virtud de la presente Carta, a San Pascual Baylon, patrono especial de los Congresos Eucarísticos y de todas las asociaciones que tienen por objeto la divina Eucaristía: así de aquellas que hayn sido constituídas hasta el día, como de las que lo fuesen a partir de este momento.
Lleno de confianza, hacemos votos por los ejemplos y el patronazgo de este Santo den por fruto el aumento de aquellos que, en el pueblo cristiano, dirigen cada día su celo, sus intenciones y su amor a Cristo Salvador, principio el más alto y el más augusto de toda salvación.
la presente Carta conservará su validez en lo sucesivo, a pesar de cuanto pudiera ser hecho en contrario, por quien quiera que sea.
Queremos que las copias, aunque sean impresas, de esta Carta, con tal que estén firmadas de mano de Nuestro Notario y provistas de Nuestro sello por un personaje constituído en dignidad eclesiástica, hagan la misma fe que haría la presente Carta.
Dado en Roma, junto a San Pedro bajo el anillo del Pescador, el 28 de noviembre de 1897, en el XXº año de Nuestro Pontificado.
A. Card. Macchi
texto publicado en la separata de la Adoración Nocturna de Villarreal en su Primer Centenario, 12 de abril de 1986

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